Las personas tóxicas nunca van a reconocer que se equivocaron.
No pierdas tu tiempo, no gastes energía, no intentes cambiar las cosas… las personas toxicas difícilmente cambien y tampoco reconocen sus errores.
La única situación en la que tal vez reconozcan estar equivocados y te den la razón, tampoco va a ser real. Sólo se trata de una actuación para manipularte y responde a la necesidad que tienen estas personas de tener todo bajo su control.
Es por eso que hará todo lo posible porque la “perdones” y así, generar una ilusión en los demás que le permitirá seguir manipulando a su entorno.
¿Cómo reconocer a una persona tóxica?
No es fácil aceptar que alguien cercano pueda ser una persona tóxica. Un familiar, un amigo o incluso nuestra pareja.
Es por eso que muchas personas prefieren ignorar las señales de alerta y eligen vivir en la negación.
La principal característica de una persona tóxica tiene que ver con su capacidad para manipular. Es un arte que practicaron durante años y en el que terminan siendo expertos.
Ellos saben cómo guiar a otros a tomar malas decisiones con el fin de humillarlos y rebajarlos y hacerse notar de manera sutil.
Con el fin de logar su propósito, no dudarán en mentir o en ocultar cosas con el fin de controlarte y perjudicarte.
Las personas tóxicas no reconocen sus errores.
Los domina el narcisismo. Ellos están primero, ellos quieren controlarlo todo, ellos necesitan molestar a otros… y si alguien nota su comportamiento y se lo hace ver, la persona tóxica jamás reconocerá que se equivoca o que cometió una falta.
Pase lo que pase, ellos se asumen como víctimas de los demás, aun cuando es exactamente al revés. Y no sólo eso; sino que buscará la manera de culpar a otros de lo sucedido.
Otro artilugio muy utilizado por las personas tóxicas, es generar culpa en otros, señalando las veces en que necesitó ayuda y tú no estuviste a su lado para acompañarlo o acompañarla.
Sin remordimientos.
A pesar del mal que pueda causarte, una persona tóxica nunca sentirá remordimientos. Está dispuesta a todo para lograr su objetivo.
Y lo peor de todo, es que está convencida de que lo que hace es correcto y que lo hace “por tu bien”, aunque con su actitud te haga sufrir.
No… nunca cometen errores, nunca dañan a su entorno y hasta se creen santos que casi deberíamos venerar.
Estás en riesgo.
Con alguien así a tu lado, estás en riesgo.
Si los confrontas con sus mentiras o sus malas acciones, vas a descubrir un aspecto de su personalidad que nunca antes viste.
Darán vuelta la situación, mentirán, harán parecer que todo es al revés, nombrarán todas las veces que te ayudaron, te tratarán de ingrata, dirán que tú tampoco eres perfecta y en algunos casos muy serios… hasta pueden llegar a utilizar la violencia.
Lo último que quiere una persona tóxica, es que le recriminen sus errores y es por eso que hará todo lo posible por alejarte de todo aquel que pueda “abrirte los ojos” con respecto a su verdadera personalidad.
¿Qué queda por hacer?
Alejarse. Es la única solución.
Jamás lograrás que cambie, ni que entre en razón y es mejor tomar distancia.
Nunca podrás hacerle ver tu punto de vista, simplemente porque va contra sus intereses, ni podrás hacerle ver que pasó todos los límites, porque eso es lo que precisamente quiere.
Ni la paciencia, ni la amistad, ni el amor lograrán ninguna transformación.
No podrás cambiar a esta persona, porque no quiere cambiar y alejarse es el mejor recurso para evitar su manipulación psicológica y física; porque ya dijimos que pueden ponerse violentos cuando las cosas no son como ellos quieren.
No le des la oportunidad de ser una víctima de sus manipulaciones, ni de transformar tu vida en un infierno poniendo en peligro tu salud física y mental.
Las personas tóxicas no piensan de manera lógica. ¡Sólo piensan en ellos!