Consejos para pasar tiempo de calidad con nuestros hijos.
¿Compartes tiempo de calidad con tus hijos? El trabajo, las tareas domésticas y las actividades sociales reducen el tiempo que pasamos con nuestros hijos, y, sobre todo, el tiempo de calidad que compartimos con ellos.
¡El tiempo que perdemos de pasar con nuestras familias se va y no vuelve! Los niños necesitan pasar tiempo con sus padres y nosotros también lo necesitamos. Esos momentos privilegiados de afecto e intimidad, nunca se olvidan, porque son los más importantes.
¿Qué importancia tiene el tiempo de calidad?
No importa la edad que tengan los niños, ellos necesitan pasar tiempo de calidad con sus padres todos los días; aunque sea sólo unos minutos; porque, además, es tiempo esencial para su desarrollo.
Además de reforzar el lazo de confianza y amor que existe entre padres e hijos, el tiempo que compartimos con ellos estimula una zona del cerebro que contribuye en el niño a la creatividad, la curiosidad y la motivación. Y lo más importante, los hace felices.
A medida que crecen, estos gestos habrán dejado su huella, haciendo que nuestros niños se conviertan en personas seguras, confiadas y que desarrollen habilidades sociales.
Según los estudios realizados en neurociencia, estos momentos de afecto son esenciales para el niño, para construir su propia capacidad para amar.
Aquí tenemos una lista de algunas maneras simples de pasar tiempo de calidad con nuestros hijos.
- Jugar con ellos un juego que elijan. El juego no necesita ser largo y complicado. Jugar “a la lucha”, a las escondidas o a correr detrás de él para atraparlo, son juegos simples, divertidos y que generan complicidad.
- Hablar con el niño de las cosas que le interesan. Preguntarle sobre “sus cosas” y mirarlo a los ojos cuando responda.
- Decirle cuánto aprecias todo lo que hace.
- Almorzar o cenar en familia y aprovechar el momento para intercambiar experiencias sobre “cómo estuvo el día”. Hazlo siempre mirando a los ojos.
- Hacerle cosquillas.
- Darle un masaje antes de ir a dormir.
- Cantarle una canción, acunarlo, hacerle caricias.
- Contarle un cuento.
- Compartir un “ataque” de risa.
- Hablar con el niño mientras vamos en el auto o el autobús, para contarse mutuamente lo que hicimos en el día.
¿Y cuando no podemos estar plenamente disponibles?
Si estás preocupado por cuestiones personales o laborales, el niño se dará cuenta. No olvidemos lo sensibles que son y que todo lo perciben.
Esto puede generarle sentimientos de inseguridad y angustia, porque los niños tienden a pensar que son culpables de muchas de las cosas que suceden. ¡No permitamos que esto suceda!
Como siempre, la verdad es lo mejor. Dentro de tus posibilidades y de su capacidad de compresión, explícale que estás preocupado por algo o por cuestiones de trabajo y que lamentas no poder pasar tiempo con él.
El simple hecho de decir cómo te sientes, hará que el niño se sienta seguro, e incluso, también te hará sentir mejor a ti hablando de tus preocupaciones.
Todos tenemos recuerdos de la niñez de cosas simples y que recordamos con amor. Muchas veces no tiene que ver con un regalo, sino con momentos que compartíamos con nuestros padres, tíos, primos y abuelos.
Eso, jamás se olvida.