Llevar a los niños con correa: ¿buena o mala idea?

La peor pesadilla de los padres, es perder de vista a un hijo. Aunque sea unos pocos minutos. Tan sólo eso basta para que entremos en pánico y no sepamos qué hacer. ¿Alguna vez te sucedió?

Los niños son niños; y muchas veces podemos creer que están caminando a nuestro lado, pero por algún motivo, de pronto se distraen y alcanza un segundo para que ya no los veamos más. ¡Qué desesperación!

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Es por eso que algunos padres optan por utilizar una correa de seguridad que les de a los niños un margen de movimiento y a ellos la tranquilidad de que nunca se separan de sus hijos.

Ante todo, la seguridad.

Si ya te pasó de cruzar a niños que estén equipados con un arnés de seguridad y una correa, es posible que te haya generado algún tipo de reacción. Positiva o negativa.

Es cierto que es un tema que se presta al debate. Algunos se sienten escandalizados por ver cómo ciertos padres llevan a sus hijos atados con una correa, “como si fuera un animal”, mientras que otros entienden que es una cuestión de seguridad y por el bien del niño.

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Pero no siempre conocemos la realidad familiar de cada uno y si algunos padres tienen niños hiperactivos, con déficit de atención o con trastornos del comportamiento, optan por este dispositivo de seguridad para evitar perderlos de vista, aun cuando no les agrade del todo la idea.

También les sucede a padres que se sienten superados por las circunstancias. Tienen varios niños, algunos son un poco inquietos, son mayormente pequeños y suelen frecuentar lugares en donde hay mucha gente.

Es comprensible que quieran tener la tranquilidad de no perder a ninguno. Es ahí cuando el arnés y la cuerda les soluciona el problema.

Una práctica polémica.

Algunos padres consideran que esto atenta contra las libertades del niño. Ellos creen que esta práctica controla todos los movimientos del niño, que ve su campo de acción muy limitado.

Pero, además, los padres también tienen que batallar muchas veces con los propios niños, que se niegan o se resisten al uso del arnés de seguridad.

La correa puede ser para ellos motivo de vergüenza ante la mirada de los otros. Una especie de atentado a la dignidad.

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No ceder a los juicios.

“Cada hogar es un mundo”, dice el refrán. Cuando vemos a una mamá o un papá con un niño atado a una correa de seguridad, podemos emitir un juicio, pero sería sin sentido. ¿Por qué? Porque cada hogar es un mundo y no conocemos las verdaderas razones de por qué lo hacen.

Tal vez el niño ya se haya perdido otras veces, tal vez es hiperactivo, tal vez tiene alguna discapacidad que no le permite entender cuáles son los peligros o tal vez tenga tendencia a correr de manera espontánea, poniéndose en riesgo si se acerca a la calle. No lo sabemos.

Si tu decisión es llevar a tus hijos con un arnés de seguridad porque eso te deja más tranquila al momento de frecuentar un lugar atestado de gente, no dejes de hacerlo.

Nadie tiene derecho a opinar sobre una decisión de los padres que es en beneficio de los niños y, en definitiva, de todos.

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Por otra parte, no hay leyes que impidan que los niños lleven una correa de seguridad y siempre debemos recordar que cada familia tiene sus propios métodos de educación.

¿Qué opinas del uso de la correa de seguridad? ¿Buena o mala idea?

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