Cómo cuidar un cactus en maceta para que no se seque.
Los cactus siempre causan sensación y siguen siendo misteriosos. ¡A todos nos fascinan!
Los reconocemos fácilmente gracias a sus tallos carnosos y espinosos y hace mucho que se utilizan a modo de objeto de decoración, porque con suerte y viento a favor, también podemos lograr que florezcan, ofreciéndonos unas maravillosas flores de distintos colores.
Pero además de todo esto, no es una planta exigente a la hora de los cuidados y sólo demanda un poco de atención.
Para que siempre siga aportando a nuestra vida el verdor de la naturaleza, necesita sol y un riego un tanto estricto.
De modo que, si también caíste bajo el hechizo de los cactus, te vamos a dar algunos consejos de cómo cuidarlo para que siempre goce de buena salud.
Diferencias entre cactus y suculentas.
Es habitual que confundamos a los cactus con las suculentas. Lo que tienen en común, es que ambos crecen en medios áridos, ya que pueden acumular agua en sus raíces, tallos y hojas, para poder soportar largos períodos de sequías.
Sin embargo, los cactus, que pertenecen a la familia de las Cactáceas y forman parte de las suculentas, se distinguen de éstas por sus areolas, que son pequeñas excrecencias de las que salen sus espinas, flores, pequeñas hojas y, en el caso de ciertas variedades, incluso pelos.
Respetar las necesidades de los cactus.
Los cactus están acostumbrados a lugares áridos en donde reciben mucha luz, de modo que, para desarrollarse de manera saludable, necesitan sol todo el año.
El mejor lugar, es detrás de un vidrio en donde reciba luz directa.
Incluso en verano, puedes trasladar tu cactus al exterior o sacarlo al balcón o al jardín, pero sin que reciba el sol abrasador del mediodía.
En relación a las temperaturas, los cactus soportan bien la temperatura del interior de nuestras casas (entre 20º y 23º); pero si quieres ver florecer a tu cactus, colócalo a “descansar” durante el invierno en un lugar con una temperatura de entre 2 y 10º, para luego volver a ubicarlo en un lugar más cálido, una vez que vuelvan los días más lindos.
El riego del cactus.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, los cactus necesitan agua para vivir.
Es verdad que no necesitan la cantidad que podría requerir cualquier otra planta, porque tienen la capacidad de almacenar gran parte en sus tallos y raíces, pero sí necesitan un riego regular.
Lo que sí debemos tener en cuenta, es que el riego debe ser cuidadoso, porque el exceso de humedad, es letal para el cactus.
Vamos a conocer algunas reglas en términos de riego.
- En primavera y verano, durante los períodos en el que crecen las plantas, riega tu cactus 1 vez a la semana.
- Durante el invierno, con una sola vez es suficiente.
- Por el contrario, si pones a “hibernar” tu cactus para floración en primavera, no lo riegues mientras haga frío.
- Para mantenerlo y evitar que se pudra, vacía la base de tu maceta después de haberlo regado y espera a que la tierra esté seca entre un riego y otro.
Trasplantar el cactus.
Si bien los cactus y las suculentas son plantas de crecimiento lento, en algún momento será necesario trasplantarlo a una maceta más grande para que sus raíces puedan desarrollarse; pero lo más probable es que esto sea necesario cada 3 o 4 años.
Si ya es el momento de hacerlo, procura que sea durante la primavera, colocando en el fondo de la maceta, tierra especial para cactus. Riega antes si la tierra está seca.
También es el momento ideal para agregar algún fertilizante especial para cactus.
¡Y no dejes de utilizar guantes gruesos para no pincharte!
Hongos y parásitos.
Como dijimos al principio, los cactus no son plantas que demanden demasiados cuidados, ya que son resistentes por naturaleza.
Sin embargo, al igual que cualquier planta, es posible que se vea atacada por parásitos o enfermedades y esto sí que necesita ser vigilado.
- Si aparecen manchas blancas parecidas a algodón en tu cactus, sin dudas se trata de una invasión de cochinillas. Se trata de unos pequeños parásitos que se alimentan de la savia y se esconden en cumulos viscosos. Para eliminarlos, prepara una mezcla de jabón neutro, aceite comestible y alcohol al 90% y rocía con un pulverizador sobre la totalidad de la planta.
- Si tu cactus se vuelve ligeramente “blando” y va tomando un color amarronado o negro, sin duda está siendo atacado por el phytophthora cactorum, un hongo que comienza en las raíces y lleva al “cuello” de la planta. Esto hace que el cactus se empiece a convertir en una masa esponjosa amarronada.
Antes de que avance, corta las partes en las que veas estas manchas y utiliza un fungicida para que no se siga propagando en el resto de la planta.
Con estas precauciones y tu amable cuidado, tus cactus vivirán radiantes por mucho tiempo.