Joven argentino se viste como en el siglo XIX. Dice que no le importan las burlas y que su estilo es “clásico y elegante”.
Santiago Pellegrini tiene 27 años y desde hace ya algún tiempo adoptó para vestirse, un estilo del siglo XIX que atrae las miradas de todos lo que se cruzan con él.
¿Crees que va a una fiesta de disfraces? Nada de eso… Santiago no se viste así cada tanto o para alguna ocasión en especial, sino que es su atuendo diario.
Pasea por las calles de Vicente López con sus pantalones de vestir, polainas, chaleco, zapatos de charol, bastón y sombrero de copa.
Aunque se dedica a la venta de antigüedades, usa celular y aunque para consultar la hora, saca su reloj de bolsillo. Él es toda elegancia y clase.
Los estilos, la moda y el buen vestir.
Ya hace varios años que Santiago se dedica al negocio de las antigüedades, y gracias a eso, descubrió que esta manera de vestir, le resultaba elegante y original.
Fue así como decidió que este era su estilo y a pesar de las burlas y los comentarios, él se siente a gusto con su elección.
“Al principio decían que era raro, que cómo iba a salir con sombrero, bastón, incluso con gemelos. ‘Te exponés a que la gente te diga cosas’, me dijeron al principio. Pero después se dieron cuenta de que es una decisión como cualquier otra, y hoy ya es algo normal”, cuenta Santiago.
Él prefirió salirse de las normas y no teme ser diferente. Es cierto que mucha gente se ríe, pero otros lo saludan, lo felicitan y hasta le piden “selfies”.
Con su aire distinguido y orgulloso de su elección, camina por las calles de Buenos Aires, vestido de seda, con alhajas, reloj de bolsillo y sombrero de copa.
“Yo creo que en la década del ‘80 y ‘90 la elegancia empezó a bajar. La moda fue… no digo involucionando, porque hay mucha gente todavía que se viste muy bien y sigue habiendo diseñadores reconocidos, pero por lo que se ve ahora en la calle… yo creo que todos se visten más o menos a la moda del momento. Nadie se anima a sobresalir del resto”, dijo muy convencido.
Un “Dandy” del siglo XXI.
La forma de vestir de Santiago, puede parecer extraña, pero él tiene los pies sobre la Tierra.
Se vale de la tecnología como cualquiera para su vida diaria y para los negocios. Incluso, conoció a su novia gracias a un mensaje que ella le envió, después de haber visto una foto suya.
“Es la persona ideal. Tengo una novia maravillosa”, dijo Santiago.
Compra libros y ropa en ferias americanas para su particular forma de vestir o pide a sus vecinos prendas antiguas que tengan guardadas para donarle o venderle.
Un joven distinguido de la modernidad, que quiere vestir con su propio estilo y no le importa el “qué dirán”.