Cómo solucionar las hojas marrones de las plantas.
Todos queremos tener nuestras plantas hermosas, verdes y relucientes. ¡Son un excelente elemento de decoración!
Es por eso que en cuanto vemos que en las hojas de nuestras plantas comienzan a aparecer manchas amarillas o marrones, entramos en pánico.
A no alarmarse… todo tiene solución.
Un proceso natural.
En algunos casos, este fenómeno corresponde a un proceso natural que se da en la naturaleza. Son etapas normales por las que pasa todo ser vivo.
Las hojas más viejas comienzan a marchitarse y dan paso a las nuevas. Se trata de la renovación de las hojas.
Por lo general, vemos que esto sucede en las plantas que se encuentran en el exterior, pero también suele darse con las que viven dentro de nuestras casas.
Cuidado… esto sólo es normal, si se trata de algunas hojas, pero si toda la planta comienza a marchitarse, entonces el problema puede ser otro.
Descartar enfermedades.
Lo primero es asegurarse de que las plantas no se estén marchitando debido a alguna enfermedad.
Si este fuera el caso, las hojas se ponen amarillas como síntoma: manchas, deformaciones, telas, presencia de insectos u hongos.
Debemos mirar con detenimiento a nuestra planta, y eliminar los riesgos potenciales.
Controlar el riego.
Una de las principales causas de las hojas amarillas, es un exceso de riego, en especial, en plantas de interior que se cultivan en macetas con tierra con mal drenaje.
La mayoría de las plantas repelen el exceso de agua.
De modo que la regla es simple; no debemos regar hasta que no veamos seca la tierra de la superficie.
Si la tierra está demasiado húmeda, veamos la posibilidad de trasplantar nuestra planta a una maceta con mejor drenaje y con base recolectora de agua. Coloca en la base piedras de arcilla. ¡Cuida que el agua no quede estancada allí mucho tiempo!
Sin embargo, la falta de agua también puede atentar contra nuestra planta. En este caso, regamos a discreción y controlamos cómo evoluciona.
Atención a la ubicación.
Desde ya que la ubicación de nuestras plantas es fundamental. Dependiendo de cada especie, podrán necesitar más o menos luz solar, pero también influyen otros factores como las corrientes de aire o los cambios bruscos de temperatura.
Si tu planta está ubicada cerca de una puerta o una ventana desde donde recibe estas “agresiones”, entonces es probable que comience a ponerse amarilla para demostrar su descontento.
Busca información específica sobre las necesidades de tu planta y encuentra el mejor lugar para que crezca.
Acondicionar la tierra.
Otra causa muy común tiene que ver con la calidad de la tierra en la que crece nuestra planta. Es posible que no le esté aportando los nutrientes necesarios.
¿Sabes qué es la clorosis? Se trata de una decoloración de las hojas de los vegetales que se advierte en las hojas, debido a la falta de clorofila, que es lo que permite la fotosíntesis, la encargada de darle su característico color verde.
Esto suele ser como consecuencia de un mal drenaje, las raíces compactadas o dañadas, alta alcalinidad de la tierra o pocos nutrientes en la tierra.
Intenta con fertilizantes caseros o agregando un sustrato de calidad.
Desempolvar las hojas.
Si las hojas de tus plantas comienzan a tomar un color amarillento, tal vez sea como consecuencia de una mala fotosíntesis… ¡producida por el polvo!
Tal vez nunca lo pensamos, pero cuando desempolvamos los muebles, sería también recomendable desempolvar las hojas de las plantas.
Rocía con agua con la ayuda de un vaporizador, o limpia con un paño en el caso de las hojas muy grandes.
Borra de café para las hojas amarillas.
La borra de café ya no debería terminar en el bote de basura, porque podrías darle un uso más que conveniente para cuidar tus plantas: un excelente fertilizante natural.
Para cuando prepares tu próximo café de filtro, cuida de conservar la borra y déjala secar y consérvala. Rocía un poco sobre la tierra de tus plantas. ¡Ideal para aportar nutrientes!