Esta es la razón por la que no debes obligar a tu hijo a terminar su plato
Cuando llega la hora de la comida, algunos papás se enfrentan a un verdadero problema: sus hijos no quieren comer o no comen todo lo que les servimos.
Hay niños que no presentan dificultad en este sentido, y comen cualquier plato que se les ofrezca, pero otros ni siquiera aceptan tocar lo que les servimos.
Sin embargo, ya sea un hábito recurrente o una reacción de un día aislado, no debemos obligar a nuestros niños a comer y te explicamos por qué.
Personas con decisión propia.
Los padres hacemos lo mejor para nuestros hijos y es fundamental que confiemos en nuestro trabajo y en ellos mismos.
Ellos son perfectamente capaces de saber lo que quieren, en especial, cuando se trata de una necesidad primordial como es el hambre.
Es por eso que debemos “soltar” nuestra ansiedad en este aspecto, ya que, al igual que los adultos, entienden muy bien cuando tienen hambre o cuando ya están satisfechos.
¿Cuál es el rol de los padres?
Algunos padres tienden a obligar a sus hijos a terminar la comida que les sirvieron, utilizando el chantaje. De esta manera, los niños pueden sentirse amenazados con no tener derecho a postre o a no poder retirarse de la mesa hasta no terminar el plato.
Esta técnica no es convincente y lo único que logra es amedrentar a los niños y corremos el riesgo de encerrarse sobre sí mismo y aislarse.
Más que “supervisar” lo que el niño come, los padres debemos actuar de “acompañantes” y ser un apoyo para ellos a la hora de la comida.
Al igual que los adultos, los niños pueden tener sus gustos personales o poco apetito durante algún período.
No hay que alarmarse, sino que debemos adaptarnos a la situación. Si, por ejemplo, el niño sólo quiere comer una fruta, tal vez es porque su estómago sólo le pide eso.
Incluso, podrías preguntarle antes de preparar la comida si tiene mucha o poca hambre, para que puedas adaptar las porciones que vas a servirle. Y claro, esto puede variar de un día al otro.
¿Qué podemos hacer para incentivar a los niños a comer?
- Respetar sus ritmos – cada persona tiene su tiempo y su ritmo a la hora de comer. Piénsalo, seguramente a ti también te pasa. Presionar, sólo hará que la hora de la comida se convierta en una tortura, cuando tiene que ser precisamente lo contrario; un momento de encuentro para compartir con tranquilidad.
- Introducir de a poco los nuevos alimentos – todos comemos un poco renuentes algo que nunca probamos antes. Demos tiempo al niño a incorporar cosas nuevas y hagámoslo una a una.
- Seamos el ejemplo – si esperamos que nuestro hijo coma algo que nosotros mismos rechazamos, tenemos la batalla perdida desde el principio. Recuerda que somos sus referentes en todo, incluso en eso.
- Evitar distracciones y comidas a deshoras – uno de los principales problemas son las comidas a deshora. Papas fritas, golosinas y galletas dulces antes de las comidas importantes, restará hambre cuando llegue la hora, especialmente si le ofrecemos algo que no lo tienta mucho.
De igual manera, las distracciones como la televisión o un juguete harán que el niño no se concentre en su comida que es lo principal.
La hora de la comida debe ser un momento de encuentro y de placer. Crear un clima agradable para compartir en familia, hará que todo fluya con más naturalidad.
Los premios o los castigos no sirven. La comida debe ser aceptada como una necesidad primaria que, a su vez, respete las necesidades del niño.
¿Qué estrategia utilizas para que tu hijo coma?