Atención a aquellos que se levantan de noche a orinar, beber agua o revisar la casa.
La hora de dormir es sagrada. Un buen descanso nos proporciona un “reciclado” de energía y la oportunidad de que nuestras neuronas recarguen baterías.
Sin embargo, en ocasiones sucede que necesitamos levantarnos para orinar, para tomar agua o porque escuchamos un ruido y queremos asegurarnos que todo esté bien en casa.
¿Qué sucede en esos casos? ¿Sabías que levantarte de manera abrupta puede provocarte un síncope? Esto puede suceder no solo habiendo estado acostados, sino también sentados.
Un síncope se produce cuando perdemos la conciencia de manera abrupta y breve. Esto se debe a una disminución transitoria del flujo sanguíneo al cerebro.
¿Qué lo genera?
Esto tiene una explicación. El organismo no tiene el tiempo suficiente para adaptarse a su nueva posición, porque la tensión arterial no es lo suficientemente fuerte para que la sangre pueda llegar al cerebro en cantidades suficientes.
Al cerebro, esto no le gusta y nos lo hace saber con esta sensación de mareo o vértigo. A veces también se manifiesta con una sensación de inestabilidad, como si estuviéramos navegando.
Todos tenemos una arteria muy importante llamada carótida, que es la encargada de llevar la sangre al cerebro. En este mismo lugar, notamos una protuberancia que a menudo se confunde con un ganglión.
En esta protuberancia, existen receptores muy sensibles a las variaciones de presión con que circula la sangre.
Cuando estamos acostados, la sangre fluye fácilmente al cerebro, cuando nos levantamos muy rápido, los receptores notan que hay menos sangre. Es un principio físico, y envían la orden a los vasos y al corazón de subir la presión para que el cerebro esté suficientemente irrigado.
¿Cómo evitarlo?
Todo se reduce a una reeducación al momento de levantarnos. Aunque tengas ganas de ir al baño o de verificar si cerraste la puerta con llave, lo mejor es seguir los siguientes pasos antes de levantarte.
- Ya sea que te despiertes solo o con el despertador, lo importante es mantener siempre el ritmo de los horarios.
- Cuando te despiertes, colócate primero de costado. Date unos momentos para acostumbrarte ya sea a la luz o la penumbra.
- Coloca tus mandos detrás de la cabeza durante algunos segundos; luego, estira lo brazos. Flexiona las rodillas y desliza tus piernas fuera de la cama.
- Ayúdate con los brazos a incorporarte y sentarte en el borde la cama. De esta manera no lo harás abruptamente y ninguna vertebra recibirá un peso excesivo de manera repentina; al mismo tiempo que tus músculos se acostumbran después de varias horas de inactividad.
- No mires el teléfono en cuanto te levantes. Si es de madrugada, mirar el teléfono no es saludable para tu sueño, porque le envías a tu cerebro el mensaje de que ya es hora de levantarse y es posible que te cueste conciliar nuevamente el sueño. Si es de mañana, es preferible desayunar antes de empezar a leer y responder mensajes.
- Permítete bostezar cada vez que el cuerpo te lo pida. Prueba también levantando los brazos cuando lo haces. Es una buena forma de oxigenarnos.
En caso de que la sensación de vértigo persista o se haga muy intensa, no dejes de consultar con tu médico.
¿Tienes otros consejos para cuando nos levantamos de madrugada o en la mañana? ¡No dejes de compartir!