¿Estómago vacío o lleno a la hora de irnos a dormir? Acá los pros y contras.

Las abuelas nos decían que irse a dormir con el estómago muy lleno, nos iba a hacer tener pesadillas y que, si nos íbamos a dormir con el estómago vacío, no íbamos a poder dormir.

Bueno, una vez más la abuela tenía razón. Estaban muy cerca de la verdad, además de otras cosas que pudimos saber con estudios posteriores.

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O sea que… ni muy, muy… ni tan, tan. Debemos encontrar el equilibrio en todo lo que hacemos. Sí… sabemos que no es fácil, pero en este caso, se trata de nuestra salud tanto física como mental.

Hay quienes quieren bajar de peso a pasos agigantados y eligen no cenar. Otros, prefieren irse a dormir después de una cena copiosa en la que no se privaron de nada.

Pues bien… los dos están equivocados. Dormir con el estómago vacío es una mala decisión, porque no podremos descansar bien, ya que nuestro cuerpo necesita del alimento para funcionar bien mientras dormimos.

Al mismo tiempo, dormir con el estómago muy cargado, tampoco es bueno. Recordemos que, mientras dormimos, la digestión es lenta y esto puede provocar reflujo gástrico, acidez, gases e inflamación estomacal. Nada bueno a la hora de un merecido descanso.

Entonces… ¿qué hacer? Ya lo veremos, pero antes, vamos a ver en detalle cuáles son las consecuencias de estos malos hábitos.

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Consecuencias de dormir con el estómago vacío:

  • El cerebro se mantiene en estado de alerta y no se relaja.
  • Insomnio.
  • Disminución del metabolismo basal.
  • Se activa una hormona llamada grelina, que te hará comer más cuando te despiertes.
  • Altas probabilidades de levantarte de madrugada a comer cualquier cosa y en grandes cantidades.
  • Menor cantidad de horas de sueño.
  • Pérdida de masa muscular, por la falta de nutrientes durante varias horas.
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Consecuencias de dormir con el estómago lleno:

  • Dificultad para conciliar el sueño (Sí, igual que con el estómago vacío).
  • Sobrepeso.
  • Distensión estomacal, reflujo y acidez. (Sobre todo con comidas con mucha azúcar o grasas).
  • Incomodidad para encontrar la posición correcta (Se recomienda dormir del lado izquierdo)
  • Pesadillas.

Ahora sí, veremos cuáles son nuestras mejores opciones a la hora de cenar.

Es preferible privilegiar una comida equilibrada que incluya proteínas, fibras, grasas no saturadas, como el aceite de oliva y vegetales. Esto te dará sensación de saciedad, al mismo tiempo que te nutre.

Pero si a último momento sientes que necesitas comer “alguna cosita”, es mejor tener a mano un puñado de almendras, una rodaja de pechuga de pollo, una manzana, una zanahoria cruda, una ensalada de frutas o un trozo de queso blanco bajo en calorías.

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Para un buen descanso, lo mejor es una cena ligera siguiendo estos sanos consejos, en donde podrás incorporar alimentos que brindan saciedad, sin caer en los excesos.

Y si después de cenar, tomas una ducha breve con agua tibia, ¡tanto mejor! ¡Pruébalo!

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